Oye
el lamento agudo de la hoja
que
cruje machacada por su paso;
van
sus hombros cargados de fracaso
y su
alma, saturada de congoja,
quiere
encontrar un cielo que la acoja
y se interna en el bosque, enajenada,
por
la senda que lleva hasta la nada,
donde
hallará por fin paz y reposo,
maldiciendo
al destino riguroso
y
huyendo de su vida atormentada.
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