23.11.17

UN MINUTO ETERNO

 


Un minuto eterno queda suspendido

entre las mudas telarañas de la tarde

que me van devorando con su silencio lóbrego.

Dentro de mí la corrosión de un aire

que se vició a fuerza de vivirlo

pugna por derruir mis torpedeados sentidos.

Avanzo a ciegas, a empellones de un invisible viento;

trastabillo y caigo, quedo inerte, quedo inerme.


No respiro, no asumo lo palmario;

en el caos de mi mente irreflexiva

todo es sombra vana, quimérica ilusión,

la irrealidad me llama, me fascina

y me dejo engullir pasivamente.



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