Como en una
espontánea combustión
sentí el fuego
saliendo de mi entraña
con una sensación
violenta, extraña,
comprendí que me
ardía el corazón
arrasado por la
desilusión.
Se redujo a cenizas
al momento
y al instante perdí
el conocimiento
.
En el hueco del
pecho un frío horrible,
puñalada asesina e
invisible,
me liberó de todo
sufrimiento.
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