Cae la tarde plomiza y cansada,
como un manto de lana trenzada.
Me siento lasa y algo distraída,
acomodada, semi adormecida,
como el que sueña que vive y olvida
que no es un cuento bonito la vida.
Quiero escapar, el marasmo me abraza,
la inercia gris planea y me amenaza.
Este vacío me mantiene hastiada
ya que quisiera sentirme encendida
pero hoy la muerte a la vida se enlaza.
Enlazada desde que nacemos poeta, hacemos como que no existe para seguir sonriendo, para seguir amando, para seguir creyendo. Enorme poema maestra, siempre es un placer leerte Era, tienes mi admiración y mi cariño .
ResponderEliminarMuchas gracias, cada visita tuya me llena de contento y me siento agradecida.
ResponderEliminarUn besazo.
Hola poeta guapa, esos días de sensaciones tristes que mencionas en tus versos, también me son familiares, pero como toda sensación, desaparece, porque la vida no se detiene ni en una pena ni en una alegría, es un contínuo renacimiento de emociones.
ResponderEliminarEncantada de leerte y te mando un abrazo de pelusillas calientes ¿era así? .
Besos.
Síii, eran pelusillas calientes, me hace ilusión que te acuerdes de eso. Gracias por la visita y por tus palabras. Eres encantadora.
EliminarTe mando un besito.