La vida algunas veces te depara
sorpresas que jamás imaginaste,
un vuelco repentino que da al traste
con tu felicidad, y ves la cara
más cruda del dolor. Yo, que era avara
de dicha y de fortuna, comprendí
que mi mundo completo estaba en ti
y ninguna otra cosa deseaba
si, alegre, de tu mano caminaba;
con tu ausencia al infierno descendí.
Con el tiempo aprendí, no a escribir ciertamente jajjaja pero si que los mejores poemas se escriben desde la tristeza. Será la bronca del perder, la impotencia. Esos sacudones mueven el lápiz de formas preciosas desde el infierno.
ResponderEliminarSí, querida Ly, pero mejor sería no tener nunca este tipo de inspiraciones.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cést la vie!! Mejor sería claro, pero donde esconderse? Para que hacerlo? Uno se niega al final a ser feliz por temor a tropezar con la misma piedra y la verdad? Llega un momento en que decís, Ya basta! No valía tanto la pena!
ResponderEliminar