Los años hacen estragos
en mi cuerpo y en mi mente,
todo pasa y, de repente,
se vuelven recuerdos vagos
tanto los días aciagos
como los que alegres fueron;
la misma suerte corrieron
unos y otros , pues parejos
quedaron allá, tan lejos
que ya no sé si existieron.
Es más, incluso diré
que dudo de lo vivido,
si todo lo sucedido
fue real o lo inventé.
Me temo que no sabré
si aquello que rememoro
y guardo como un tesoro
que no quisiera olvidar
siquiera llegó a pasar;
sinceramente, lo ignoro.
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