EL POZO (OCTAVA REAL)




En el oscuro fondo de agua quieta

reflejaba mi faz el negro espejo;

la tristeza de un rostro que se agrieta

contemplé en la quietud de ese reflejo,

una vida baldía que vegeta

y una arruga que frunce el entrecejo.

Para borrar mi cara, antes de irme, 

un guijarro lancé con mano firme.

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