DE ROSAS Y ESPINAS



Aquella tarde radiante
me hallaba cortando rosas,
las más lozanas y hermosas,
las de color más brillante.
Pero después de un instante
la alegría se hizo llanto
pues comprobé con espanto
que un gran dolor me embargaba
ya que la rosa pinchaba
¡Qué pena y qué desencanto!

Miré la sangre en el suelo
con mis lágrimas mezclada;
vi que se pasaba en nada
del júbilo al desconsuelo.
Alcé mis ojos al cielo,
nublados por la humedad,
y pedí por caridad
que en mi efímera existencia,
ante una mala experiencia
sepa hallar serenidad.


4 comentarios:

  1. Me gustan mucho las décimas y tú las haces muy bien. Y que no te desencanten las rosas, pues la rosa es rosa porque tiene espinas.

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    1. Gracias por tu comentario. Eres tan amable como buen escritor.
      Un saludo cordial.

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  2. Cuando esté depre o en las noches de luna nueva vendré por "Cavilaciones" a recuperar la sonrisa. ¿Vale?
    Saludotes,

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    1. Y yo que no sabía quién era Miguel Angel!!(Aparte del Buonarroti) Y gracias a la foto te reconocí.

      Me alegra tanto que hayas venido a verme, pero si es buscando sonrisas no vengas a Cavilaciones, vente a Versomanía que te divertirás bastante más. O al menos eso creo.
      Abrazos.

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