2.4.25

DESASOSIEGO


Me siento, me levanto, me desplazo.

Pongo la vista en todo sin ver nada,

soy una eterna desasosegada,

mientras dibuja mi pincel, de un trazo,

la línea descendente.


Me desplazo, me siento y me levanto.

Me irrita la quietud y estar parada

es una cruel tortura que no aguanto,

me quedo consternada.

Quizás por eso no cesa el trasiego

en mi mundo tedioso y anodino,

y todo el movimiento que despliego

me libera del llanto

que me sale al encuentro del camino

de modo clandestino

si me encuentra tranquila y reposada.


Si no hay nada que hacer, yo me decanto

por buscar pasatiempos  febrilmente,

que me distraigan, harta del presente,

y de charlar tan solo con mi sombra,

evocando la voz que no me nombra.




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