23.4.25

LLUEVE Y BAILO



 Llueve, bailo, me deslizo

miro a través del cristal,

el cielo llora, plomizo,

todo resulta irreal.


A mi amor me ha recordado

la tenue lluvia, al caer,

aquel amor anhelado

que vi desaparecer.


 Me alimento con la danza,

como un derviche girando,

en penumbra de esperanza

la tristeza vadeando.


Al son de una melodía

pretendo regenerar

la ineficaz energía

que me quiere estrangular.


Me he detenido un instante

y he trazado un corazón

con un dedo palpitante

y trémulo de emoción.


Es un corazón herido

que se expresa a su manera,

entre un ahogado gemido

y una queja lastimera


Cuando el cielo ya no llore

y yo deje de bailar,

puede que todo mejore,

si lo consigo olvidar.







Un solo poema pero dos versiones diferentes.






18.4.25

LA PROCESIÓN VA POR DENTRO



Aunque ponga buena cara

la procesión va por dentro,

y se me escapa un lamento.

Se terminó la algazara.


La vida se paga cara

y hay que caminar con tiento,

a caballo entre el tormento

y la angustia que no para.


Si esa procesión saliera

abandonando mi ser

para no volver jamás


quizás ser feliz pudiera

y, recobrando el placer,

dejar lo sufrido atrás.




7.4.25

SIN SUSTANCIA



 Esta vida sin sustancia

me deprime y me trastoca

y busco como una loca,

desde mi más tierna infancia,

algo que le de prestancia.

No lo hallo y me entristezco,

un alma en pena parezco,

mas no pierdo la esperanza

de que llegue la bonanza

y a la espera permanezco.


2.4.25

DESASOSIEGO








Me siento, me levanto, me desplazo.

Pongo la vista en todo sin ver nada,

soy una eterna desasosegada,

mientras dibuja mi pincel, de un trazo,

la línea descendente.


Me desplazo, me siento y me levanto.

Me irrita la quietud y estar parada

es una cruel tortura que no aguanto,

me quedo consternada.

Quizás por eso no cesa el trasiego

en mi mundo tedioso y anodino,

y todo el movimiento que despliego

me libera del llanto

que me sale al encuentro del camino

si me encuentra tranquila y reposada.


Si no hay nada que hacer, yo me decanto

por buscar pasatiempos  febrilmente,

que me distraigan, harta del presente,

y de charlar tan solo con mi sombra,

evocando la voz que no me nombra.