Contemplo la tristeza de la tarde
cuando camina lenta hacia su ocaso;
me abandonan las fuerza, soy cobarde,
al punto, la aflicción me sale al paso.
Ni me atrevo a lanzar una andanada
contra el destino, contra mi fracaso.
Ya desistí, de lucha estoy cansada
y ha llegado el momento de partir,
cuando caiga la noche, sosegada,
beberé de la muerte el elixir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario