Al ver que el tiempo pasa inexorable
llevándose consigo nuestra vida
me siento hundida, triste, hasta culpable,
acongojada, mustia y abatida;
no supe disfrutar de la aventura,
y ya se me hizo tarde, estoy vencida.
En días anodinos, con mesura,
anduve los caminos recelosa,
temiendo transgredir, siempre insegura...
¡Sospecho que vivir es otra cosa!